Durante años acompañó a Hitler hasta que éste y su esposa Eva Braun se suicidaron ante la inminente llegada de las fuerzas de la alianza enemiga. El oficial de las SS se quedó en el refugio donde murió el dictador y logró escapar mientras Berlín se desplomaba y los soviéticos avanzaban sobre Berlín.
Incluso en sus últimos años, durante una entrevista en el 2005 con The Associated Press en la que recordó los últimos días de Hitler, Misch mantenía una postura rígida sin manifestar remordimiento alguno por su relación con el personaje más abominable del siglo XX.
"No era ningún monstruo. Tampoco era superhombre", afirmó.
Pero se emocionó cuando habló sobre la decisión de Joseph y Magda Goebbels de matar a sus seis hijos el búnker de Berlín antes de suicidarse.